jueves, 31 de enero de 2008

Proliferan las familias monoparentales

Por toda Europa, esta actitud ha dado paso a un rápido incremento de madres solteras. Algunas de ellas son adolescentes que piensan que un embarazo imprevisto no es una equivocación. Otras son mujeres que desean criar solas a sus hijos. Casi todas cohabitan con el padre durante un tiempo, sin ninguna intención de casarse. La revista Newsweek publicó el año pasado un tema de portada con el título "¿Ha muerto el matrimonio?". Indicó que el porcentaje de nacimientos fuera del matrimonio está proliferando en Europa, y que a nadie parece importarle. Suecia encabezaría la lista, con la mitad de todos los bebés nacidos de padres no casados. En Dinamarca y Noruega se acercan a la mitad, y en Francia e Inglaterra, aproximadamente 1 de cada 3.

En Estados Unidos, las familias con ambos padres han disminuido de forma espectacular en las últimas décadas. Un informe señala: "En 1960, [...] el 9% de los niños vivía en hogares monoparentales. Para 1990, la cantidad se había disparado al 25%. Hoy en día, el 27,1% de todos los niños estadounidenses nacen en hogares con un solo progenitor, y el porcentaje está aumentando. [...] Desde 1970, el número de familias monoparentales ha ascendido a más del doble. Actualmente, la familia convencional se halla tan amenazada que, según algunos investigadores, podría estar en vías de extinción".

Cada vez hay más familias con un solo progenitor en los países donde la Iglesia Católica ha perdido gran parte de su autoridad moral. En Italia, los casos en los que la madre, el padre y los hijos viven juntos son menos de la mitad, y las parejas sin hijos y los hogares monoparentales están reemplazando a la familia tradicional.

El programa de prestaciones sociales de algunos países en realidad disuade a la gente de casarse. Las madres solteras que reciben ayuda estatal, la perderían si se casaran. En Dinamarca se benefician de un subsidio suplementario para el cuidado del niño, y en algunas comunidades, las madres menores de edad perciben un salario extra y el pago del alquiler. Como se ve, hay dinero de por medio. Alf B. Svensson afirma que un divorcio cuesta a los contribuyentes suecos entre 250.000 y 375.000 dólares en subsidios, prestaciones por alojamiento y asistencia social.
Parece que las confesiones de la cristiandad hacen poco o no hacen nada para invertir esta tendencia devastadora para las familias. Muchos pastores y clérigos están batallando con sus propias crisis familiares, por lo que se sienten incapaces de ayudar a los demás. Parece que algunos incluso defienden el divorcio. El periódico Aftonbladet señaló en su número del 15 de abril de 1996, que el pastor Steven Allen, de Bradford (Inglaterra), ideó una ceremonia especial de divorcio que a su juicio podría adoptarse como acto oficial en todas las iglesias británicas. "Es un servicio curativo para ayudarles a que acepten lo que les ha pasado. Les ayuda a comprender que Dios aún los ama y les alivia el dolor."

Por tanto, ¿adónde se dirige la institución familiar? ¿Cabe esperar que perdure? ¿Pueden conservar las familias la unidad ante amenazas tan enormes?

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